La SEP, alejada de la realidad que enfrentan los jóvenes Dreamers retornados

Políticas públicas imponen el mayor obstáculo al reconocimiento de estudios de Dreamers retornados de Estados Unidos: La Revalidación

Fue hace cinco años cuando me confronté con un monstruo burocrático al que yo desconocía. Tras un retorno forzado a México después de cursar toda mi carrera académica y profesional en Estados Unidos (EUA), no fue suficiente acreditar mi identidad como mexicana para que se me reconociera mis estudios que completé en aquel país en el cual viví como indocumentada. Fue difícil sobrevivir uno de los rechazos más fuertes que uno puede experimentar – ser expulsada del país que te vio crecer. Aún más doloroso fue llegar a otro país, el cual me dicen que según es “mi casa” y al que “pertenezco” por el simple hecho de ser ciudadana, pero que a la misma vez sea el país que me ponga traba tras traba para poder hacer valer mis estudios y conocimientos. Es decir, en México, ante las entidades de gobierno como la Secretaría de Educación Pública (SEP), mis estudios de EAU no valen.

El Vía Crucis de la revalidación de estudios

A pesar de haber terminado una carrera en Administración de Negocios de una universidad acreditada en EUA, el único nivel que se me ha reconocido en México por el proceso de revalidación es el de un Bachillerato General. La ayuda que obtuve de mis amistades en Los Angeles para obtener los documentos requeridos por la SEP fue lo que lo hizo posible. Para obtener estos documentos, una amiga fue a mi preparatoria en Los Angeles a pedirlos (por suerte fue alguien que asistió a la misma escuela). Pero en México, no fue suficiente tener una copia original del diploma o historial académico de “high school” o de la universidad.

El siguiente requerimiento fue la apostilla que solo se puede conseguir desde EUA. Para obtenerla, le di mis diplomas y certificados de estudios a otra amiga con la que frecuentaba por la proximidad, yo estaba Tijuana y ella en San Diego, para que fuera directamente a una oficina estatal de California Secretary of State, para tramitar la apostilla.  Ya teniendo la apostilla que certifica la legitimidad de dichos documento (ojo, no el contenido), tuve que buscar un perito traductor oficial para traducirlos del inglés al español. Para empezar, yo no sabía que significaba “perito” ni tampoco como verificar cual es oficial y cual no, esto no es algo que te oriente ninguna oficina de gobierno. Pero al echar uso de la tecnología y mi fiel amigo Google, me encontré con el portal del Poder Judicial de Estado de Baja California con una lista de traductores en mi zona. Después de comparar precios tomando en cuenta los escasos recursos económicos que tenía, me decidí por uno al cuál le pagué casi $200 dólares por traducir todo: los diplomas, certificados de calificaciones y hasta el mismo apostille. Finalmente, sometí esta documentación a la SEP estatal, claro después de pagar otra cuota, para que procesara la revalidación del bachillerato. Desde esta fase, la revalidación solo tomó un par de semanas para procesarse. Pero para obtener estos documentos, puede tomar meses (como fue para mí), años para otros y tal vez no sea posible para muchos jóvenes retornados y deportados que no cuentan con estos recursos.

El reconocimiento de mis estudios universitarios nunca sucedió; ahí quedo con un diploma universitario y su apostilla guardados en un gabinete después de decidir a no proceder con la revalidación (para revalidar un nivel de estudios tienes que haber revalidado el anterior). Esto fue después de platicar con representantes de cuatro universidades en Baja California que me hicieron saber del requerimiento de la SEP de equivalencia académica que posteriormente conocí como el Acuerdo número 286 (2001), el cual en su sección 25.1 estipula que el contenido de un plan de estudio extranjero tendrá que ser el 75% equiparable con uno en México, algo que es técnicamente imposible.

En fin, la opinión de cada uno de los representantes de estas universidades en México fue que en el mejor de los casos, solo tendría una revalidación parcial y yo tendría que cursar materias adicionales para completar en México una carrera que ya había terminado en EE.UU. En ese entonces, trabajaba en un call center por lo cual no tenía ni el tiempo ni los recursos suficientes para hacer una revalidación parcial de estudios, y seguir estudiando no era una opción viable. Para mi, era absurdo tener que tomar clases adicionales para que se me acreditara una carrera que no requiere una especialización en México (como lo puede ser medicina o leyes) para poder ejercerla. Con el transcurso del tiempo, la empresa en la que laboraba me promovió a un rol más adecuado a mis conocimientos. Me recibió mi diploma universitario, el mismo que todavía no reconoce la SEP en México de manera automática. Y después, fue mucho más fácil irme a estudiar al otro lado del mundo donde no me pedían una revalidación para continuar con mis estudios. En otro país donde no soy ciudadana, sí me hicieron valer mis estudios de EUA.

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Los otros “Dreamers”

Hay mucho que ha sucedido desde mi segundo retorno a México después de irme a estudiar al extranjero; desde conducir entrevistas con Dreamers radicando en México hasta participar en foros públicos para compartir testimonios de retorno por parte del proyecto de Los Otros Dreamers, The Book. Dentro de todo esto, nos encontramos con una delegación de “DACAmented” Dreamers que visitaron México, que se dieron a conocer como los #DREAMersEnMexico a pesar de que ya los Dreamers en México hemos estado aquí desde hace años después de un retorno forzado.

Eileen Truax nos relata un poco acerca de este encuentro entre los Dreamers de los dos lados de la frontera. Mucho a surgido desde entonces que lo seguiré relatando a futuro. Aunque este encuentro no fue la ocasión ideal para forjar diálogo entre los Dreamers que se encuentran en ambos lados de la frontera, es un comienzo para empezar a romper las barreras que separan nuestros esfuerzos y dirigirnos a un movimiento que requiere ser transnacional.

LOD

Para el gobierno de México hay activistas de primera y de segunda. La semana pasada, 40 dreamers fueron invitados por la administración de Enrique Peña Nieto para que visitaran México, su país natal. Sin embargo, la Secretaría de Relaciones Exteriores “olvidó” convidar a otros dreamers: muchachos deportados que, desde este país, buscan lo mismo que los agasajados: entrar y salir de las dos naciones que consideran suyas.

El 28 de septiembre Nancy Landa ingresó junto con otros 40 jóvenes al edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), en la avenida Juárez de la Ciudad de México, para celebrar un encuentro con el canciller José Antonio Meade. Como los demás chicos, Nancy nació en México, pero también es estadunidense. Pasó la mayor parte de su vida en aquel país, a donde llegó indocumentada cuando era menor de edad. Y como los demás, hoy está de vuelta en su patria natal…

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DREAMers in Mexico // DREAMers en México

Experience of Return // Experiencias de Retorno

[Desplazar hacia abajo para español]

Over the past year, I have engaged in a constant reflection about my experience of deportation from the U.S. and what it has meant for me to rebuild my life in Mexico. I have attempted to document not only the major challenges I encounter in the reinsertion process into Mexican society but also the opportunities that have presented themselves after surviving such a traumatic experience. As part of this inquiry, I have wondered about the extent to which my experience resembles that of others that have also returned.

My ‘coming out’ as a deportee in Mexico has allowed me the opportunity to connect with others that have faced similar experiences, primarily through our joint participation in the forthcoming book Los Otros Dreamers (Jill Anderson and Nin Solis, 2014) which will feature our collective experiences of return through our first-person testimonios. At the same time, I have realized that there is so much more that needs to be understood about our similar yet diverse experiences, especially within the academic sphere.

Contemplating the Academic Journey Ahead.
Contemplating the Academic Journey Ahead (me at the UCL Campus in London).
Photo Credit: Julio Godinez

Consequently, during my postgraduate degree in Global Migration in London, I decided to focus my academic exploration on the return experience of young Mexican migrants whom increasingly are identified as DREAMers due to their political identity that has emerged in immigration advocacy efforts in the U.S. over the past decade.

This has been particularly the case for me. I was a DREAMer in the U.S. before my deportation, and I continue to claim this label as a way to identify myself within this particular population, especially in a Mexican context where our return and our challenges are less understood. Other undocumented young adults may have been left out by the eligibility criteria set by the DREAM Act and its subsequent versions and may not subscribe to this label; nonetheless, they also share one thing in common with those like myself: they set roots in the U.S. as undocumented children and lived their formative years and established new lives in their new U.S home.

What then is their experience when they find themselves having to return, either voluntarily or involuntarily to Mexico after a significant time away?

This is a question my research project seeks to answer. The inquiry stems from my own experience of return which seeks to further explore the diversity of experiences through analysis of a selection of published return narratives as well as  in-depth interviews with returnees on how they have been navigating between cultures and countries.

I am currently in the phase of seeking participants who would like to share their stories and to contribute to this research project. I hope to be able to interview as many that would like to be involved. 

If you or someone you know is interested in being engaged in this effort, I hope that we can begin this dialogue. Please click HERE  for the Participant Information Sheet where you can find additional details about the research project and my contact information.

It is with much enthusiasm I embark in this research phase, as I anticipate I will learn much about myself as I will about the return experience of others.

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Español

Durante el año pasado, he estando dentro de una constante reflexión sobre mi experiencia de deportación de EE.UU. y lo que ha significado para mí reconstruir mi vida en México. He intentado documentar no sólo los más grandes retos a los que me he enfrentado en el proceso de reinserción en la sociedad mexicana, sino también las oportunidades que se han presentado después de sobrevivir una experiencia tan traumática. Como parte de esta reflexión, me he preguntado a que medida mi experiencia se asemeja a la de otros que también han retornando.

El ‘salir de las sombras’ como una deportada viviendo en México me ha dado la oportunidad de conectarme con otros que han enfrentado experiencias similares, principalmente a través de nuestra colaboración en el próximo libro Los Otros Dreamers (Jill Anderson y Nin Solís, 2014), el cual relatará nuestras experiencias colectivas de retorno a través de testimonios escritos en primera persona. Al mismo tiempo, me he dado cuenta de que hay mucho más que se debe de entender, sobre todo en el ámbito académico, acerca de nuestras experiencias que comparten similitudes pero que al mismo tiempo son tan diversas.

Consecuentemente, durante mis estudios de posgrado en Migración Internacional en Londres, decidí enfocar mi exploración académica en la experiencia de retorno de los migrantes mexicanos jóvenes que se han conocido como DREAMers debido a su identidad política que ha surgido del movimiento pro-migrante en los EE.UU. durante la última década.

Esto ha sido particularmente el caso mío. Yo era una DREAMer en los EE.UU. antes de mi deportación y sigo usando esta etiqueta como una forma de identificarme dentro de este sector de la población migrante, especialmente en un contexto mexicano, donde se entiende menos acerca de nuestro retorno y los desafíos que enfrentamos. También hay otros jóvenes indocumentados que han sido excluidos por los criterios de elegibilidad establecidos por el DREAM Act y en sus versiones posteriores, y a consecuencia no se suscriben a esta etiqueta de DREAMer; sin embargo, también comparten un punto en común con personas como yo: han creado raíces en EE.UU. como niños indocumentados y durante sus años de formación establecieron una nueva vida en su nuevo hogar en EE.UU.

¿Entonces, cuál es su experiencia cuando se encuentran en circunstancias por las que tienen que retornar, ya sea de manera voluntaria o involuntaria a México después de estar fuera por un tiempo significativo?

Esta es una pregunta que mi proyecto de investigación busca responder. La investigación parte de mi propia experiencia de retorno y trata de profundizar el entendimiento de la diversidad de la migración de retorno. Esta será a través de un análisis de una selección de narrativas de retorno publicadas y entrevistas extendidas con jóvenes retornados con el propósito de acercarse a sus experiencias al navegar entre culturas y países.

Actualmente me encuentro en la fase de búsqueda de participantes que deseen compartir sus historias y contribuir a este proyecto de investigación. Espero poder entrevistar a cuantos estén interesados ​​en participar.

Si tú o alguien que conoces está interesado(a) en estar involucrado en este esfuerzo, espero podamos emprender este diálogo. Haz clic Aquí para ver la Información Para el Participante donde podrás encontrar detalles sobre el proyecto de investigación y mi información de contacto.

Es con mucho entusiasmo que embarco esta fase del proyecto de investigación, ya que preveo aprender mucho acerca de mí misma durante este proceso de acercamiento a las experiencias de retorno de otros(as).

 

Published in Latina Lista on July 18, 2014

Updated 17-7-14: Added Spanish translation of blog post.